Incertidumbres creativas

Hace pocos días escribí un post que se titula, Vértigo y Saltos. 

Hoy voy a insistir en la sensación de vértigo que produce lanzarnos a lo desconocido.

Intentamos apegarnos a lo conocido, a lo seguro, en aras de la búsqueda de la estabilidad, sin pararnos lo suficiente a pensar que cada día es un nuevo desafío, lo queramos o no.

En el Congreso de Mentes Brillantes, Nieves Segovia nos hablaba de educar a los niños  en la incertidumbre, porque es lo que hay...a manejar el riesgo que implica el ejercicio de nuestra libertad, para decidir y elegir casi continuamente.

Por eso admiro a los Emprendedores, porque ponen sus energías vitales, sus recursos, a trabajar en la lucha por sus sueños, porque si ellos no lo hacen, si no luchamos por nuestros objetivos, ¿quién lo hará...?

Se habla mucho de que hay más emprendedores por la situación laboral actual, y hay parte de verdad ahí, pero los proyectos que saldrán adelante, requerirán del mismo esfuerzo o más -por la mayor carga de incertidumbre inicial, respecto a su éxito y viabilidad- que el que se hace por encontrar un trabajo ya "fabricado". Emprender es apasionarse.

Ricard Huguet, también nos hacía reflexionar acerca del por qué los niños entran en las escuelas queriendo ser astronautas, y terminan ciñendo, restringiendo, sus anhelos a conseguir una plaza fija de funcionario. 

También nos traía una reflexión interesante acerca de si lo que está fallando en la educación y formación, era la cultura del esfuerzo, o si lo que se necesita es la implantación de una cultura de la motivación. 

Ya que nos esforzamos, y mucho, ¿por qué no hacerlo para algo que además de ser nuestro medio de vida, nos apasione? ¿por qué no intentarlo?

Así que desde aquí animo a todos los emprendedores e intraemprendedores, a que persistan, se esfuercen, aunque haya horas bajas -como en todo- y así nos den ejemplo continuamente, con las realidades en que se convierten muchos de sus sueños.

No hay edad para emprender...nunca es tarde...

Hay un dato curioso: en la empresa Google, les dejan a sus empleados un 20% de su jornada para que la dediquen a sus propios proyectos; ¿por qué no dejamos que los profesores impartan un 20% de lo que les apasiona? ¿por qué no dejamos que nuestros colaboradores nos sorprendan con ideas fuera de su quehacer estipulado? ¿por qué no NOS dejamos soñar con averiguar si sería viable lo que nos gustaría hacer?

Un directivo de una gran compañía, que me recibió en verano en sus oficinas sin conocerme apenas, le pregunté el por qué de haberme concedido la cita,y me contestó que una dinámica propia que se había auto-impuesto, era el escuchar durante media hora cada semana a alguien que no conocía...

Escuchemos a los emprendedores porque tienen mucho que decir, mucho que crear. que no se nos desanimen y les de por no comunicarnos sus sueños, por dejar de hacerlos realidad.

Y hablando de escuchas, les dejo un video de Julian Treasure- TED - 5 maneras de escuchar (con trascripción del contenido al castellano)

Aprendamos a crear en medio de cualquier incertidumbre, incluídas las que nos hagan dudar en ocasiones de nuestra capacidad. 

Cristina Ordóñez

Noviembre 2012

Mentes Brillantes que no encajan...

Nieves Segovia, en el Congreso de Mentes Brillantes, habló de la necesidad de una transformación profunda del sistema educativo, y a mi se me venía a la mente, " Si piensa que la formación  es cara...pruebe con la ignorancia..." y pensaba en los recortes en educación.

Nos comentaba de una forma deliciosa, la capacidad que hay ahora para hacerse oir que antes no existía, y la responsabilidad que conlleva, a nivel individual y colectivo; el llegar a una conciencia de que no hemos terminado de aprender al concluir nuestros estudios reglados, sino que siempre hay que seguir aprendiendo, mucho más en esta sociedad que a  algunos ya nos ha "pillado" por nuestra edad, a caballo entre la era digital y la analógica, por lo que tenemos que estar al día y en el día a día, de las nuevas tecnologías.

Si el alumnado es diferente, hay distintos hábitos de ocio, de formas de adquirir el conocimiento, ello nos lleva a que la forma de enseñar tiene que ser diferente; y al mismo tiempo, el intento de implementar soluciones de continuidad entre el sistema educativo actual y los nuevos modelos que se están demandando, difícil.

Los resultados académicos de las mentes brillantes de nuestros niños, no encajan con los que se les exige, y eso a su vez, tampoco encaja con lo que se les va a pedir en el mercado laboral, muy lejos de ser "personas en serie", que eran las que se preparaban para trabajar en las fábricas.

Parece que son agentes externos al sistema educativo, los que van a dar las soluciones, y lejos de considerarse una gran ayuda, se percibe como una amenaza que se combate, decía con "munición" del siglo XIX y XX.

Me llamó mucho la atención que subrayara la necesidad de preparar al alumnado para la Incertidumbre.

Sí, deberíamos pasar de un modelo standar de formación, a uno personalizado, como se hace en las empresas con los clientes.
Así fue como Ricard Huguet, decía que no se le preguntaba al cliente de la formación por lo que quería y necesitaba, pero que cuando se hacía -él lo hizo en un estudio- el alumnado pedía aulas colaborativas -como en la enseñanza pre-escolar-, espacios para moverse e interactuar con sus compañeros, lejos del pupitre individual de la enseñanza en edades más avanzadas. 
Ricard Huguet comenzó su ponencia con una pregunta que desarmó al auditorio: ¿ Qué estamos haciendo para que nuestros niños quieran ser astronautas pero terminen queriendo ser funcionarios? 
Y al preguntarnos si estaba fallando la cultura del esfuerzo, nos contestó exponiendo que lo que falla es una cultura de la motivación; y yo me quedaba reflexionando, que esa falla a todas las edades y en todas las empresas muchas veces. Dicen que lo principal en las empresas, es el capital humano, y qué descuidado lo tenemos...

Tiró de las orejas a esos padres que piensan que a los hijos ya los educarán en el colegio, cuando el 80% lo aprenden de nosotros, en casa, así que analicemos el tiempo que pasamos con ellos, sobre todo a la hora de pasarles "factura" por sus resultados y a la hora de establecer prioridades, cuando se puede elegir al hacerlo...

Concluyó agachándose en el escenario para decirnos que escuchemos más a nuestros hijos...sí, son pequeños, pero no tontos, y sabrán mejor que nosotros lo que van a ir necesitando para puestos de trabajo, que no sabemos ni cómo se llamarán ni en qué consistirán, porque a día de hoy, no existen.  El otro día leí un articulo sobre lo que sería una nueva profesión: Diseñador motivacional.

Fue valiente al insistir en la necesidad de invertir más en educación, porque añadía que esos pequeñuelos, serán nuestros políticos del mañana, los que paguen nuestras pensiones.

Nuestros niños quieren hacer en las aulas, lo que solo les dejamos hacer fuera de ellas: generar contenidos, muchos se aburren...y hay recursos gratuitos en la red para ellos, poco explorados como por ejemplo, Skype education y muchos otros (http://wwwhatsnew.com/2012/11/12/50-mejores-herramientas-online-para-profesores/)

Tanto Ricard como Nieves, insistieron en que hay soluciones que no necesitan de inversión, como dejarles utilizar, enseñarles a ser responsables en el uso de recursos que tienen, que están en sus casas, los smartphones, las tablets...pero es que quizás tengamos miedo porque  los adultos seamos los primeros que nos les damos un sano y equilibrado uso...

También hay profesores que quieren hacer otras cosas, nuevas cosas o de forma diferente, pero el sistema no los deja.

Escuchemos, a todos, y a nuestros hijos...más...no se han dado cuenta de que a veces los niños se atropellan al hablar?...no será porque no solemos darles el tiempo suficiente para que nos hablen con tranquilidad? es que no nos interesa lo que tienen que decirnos?

Colaboremos todos para que las Mentes Brillantes de nuestros hijos, encajen en un sistema que nos ayude a evolucionar a mejor como sociedad.

Cristina Ordóñez
Noviembre 2012

                                   Nieves Segovia

                                        Ricard Huguet